Capítulo 3: “Dificultades”
-Len…Len…-se oía la melodiosa voz de una aquamarina.
-¿Huh?- suspiro algo somnoliento el rubio.
-Len, despierta o llegaremos tarde a la escuela-dijo la menor
mientras sonreía cálidamente a su hermano.
-Solo cinco minutos más…-dijo el rubio quien aun con un poco de sueño, se tapó con sus
sabanas intentando volver a dormirse.
-Len, no me obligues a tener que levantarte… -“amenazo’’ su
hermana con un tono burlón en su voz.
El rubio soltó un bufido de fastidio y se quitó las sabanas de
encima.
-Bien ya estoy despierto- decía él mientras se sentaba en la cama
dándole una mirada directa a su hermana.
-Genial, ahora cámbiate porque si no llegaremos tarde- La menor
sonrió alegremente, le dio un beso en la mejilla a su hermano y salió de la
habitación para ir a terminar de arreglarse.
Len se quedó sentado en la cama viendo como su querida hermana se
alejaba, su mirada estaba perdida, y un ligero rubor cubría sus mejillas. ¿Su
hermana simplemente beso su mejilla? El chico estaba sorprendido, ya que él y
su hermana jamás habían tenido esa clase de contacto antes. Abrazos, tomarse de
las manos, si...pero jamás un beso en la mejilla.
El rubio se quedó allí por unos cuantos segundos más hasta que se
percató de la hora, miro el reloj y salto de la cama para cambiarse rápidamente
y bajar a desayunar.
-Ne~ Len hoy saldré temprano de la escuela y llegare antes que
tu…-anuncio Miku al ver al rubio entrar en la cocina y dirigiéndose hacia la
mesa para desayunar.
-¿Por saldrás temprano?-pregunto con algo de curiosidad él.
-Es porque Kamui-sensei no vendrá a clases-
-Oh, ya veo…-
Terminada la pequeña conversación de los hermanos, ellos
desayunaron y se fueron a la escuela.
Al llegar a la escuela cada hermano se fue a su salón, Miku por su
parte se encontró con Mikuo a la mitad del pasillo mientras se dirigía a
clases.
-Buenos días, mi princesa- saludo cálidamente Mikuo mientras
besaba la mejilla de Miku.
-Buenos días Mikuo-kun- Dijo sonriente Miku.
-¿Qué nos toca ahora?-
-Nos toca a ver…-decía la aquamarina mientras sacaba su horario y
revisaba que clase le tocaba.-Nos toca inglés- dijo finalmente ella.
-Bueno… ¿Vamos?- dijo el dulcemente mientras le ofrecía su brazo
caballerosamente en señal de querer ir al aula.
-Vamos…-dijo ella correspondiendo al gesto que él le hacía,
abrazándose al brazo de él y comenzando a caminar hacia el aula.
Por otro lado, Len, quien ya había llegado al aula, se encontraba
rodeado de chicas como de costumbre.
-Ne~ Len…Que bien te ves hoy-decía de manera coqueta una chica
peli-rosada. La chica se acercó a su oído y le susurro-¿Puedes venir a mi casa?
Te necesito…-
-Como quieras…Luka-dijo el de manera seductora.
-Bien te daré mi nuevo número de teléfono, el otro ya no
funciona-dijo ella con una sonrisa de satisfacción.
-Está bien…-dijo el para luego revisar su mochila en busca de su
celular.
-¿Huh?- murmuro el rubio con algo de sorpresa.
-¿Qué pasa?- Pregunto luka
-No encuentro mi celular-dijo el dándole una
última revisión a su bolso para luego comprobar que su teléfono celular no
estaba allí.
-Seguro lo habrás dejado en tu casa-dijo ella
mientras tomaba un pequeño papelito y un bolígrafo- No importa, ten, luego me
llamas ¿ok?- dijo ella escribiendo su número y dándole el papel a Len.
-De acuerdo…-dijo el mientras tomaba el número de
luka y lo guardaba en su bolsillo.
Luka le dio una sonrisa seductora y luego se fue.
Len soltó un bostezo pues estaba cansado, la chica de ayer lo había dejado
agotado. Ayer luego de volver del hotel, lo primero que hizo el rubio fue
entrar a la casa, subir a su habitación y tirarse a dormir.
Faltando una hora para que terminen las clases,
Miku guardaba sus cosas, ella saldría temprano después de todo.
-Miku,
¿Quieres que te acompañe a tu casa?- dijo Mikuo.
-No es necesario Mikuo, yo puedo ir sola-dijo ella
con una cálida sonrisa.
-Okey…pero luego me envías un mensaje ¿vale?-
-Si…no te preocupes-Con eso ella le dio un beso en
la mejilla a su novio, tomo sus cosas y se fue.
Al llegar a su casa Miku se dirigió a su
habitación, se cambió de ropa y se puso a ordenar su habitación. A los 20
minutos ella ya había arreglado todo su cuarto. Cansada, ella se sentó en su
cama y miro el reloj que estaba en su mesita de luz.
-Mmmm…-Murmuro –Onii-san llegara pronto…Mejor
preparo algo para que coma cuando llegue-
La chica de ojos aqua se paró y se dispuso a ir a
la cocina a preparar el postre favorito de su hermano, Tarta de Bananas.
Mientras caminaba por el pasillo pensando en cómo haría el dicho postre, algo
llamo su atención. La puerta de la habitación de Len estaba abierta.
-¿Huh?- La chica de coletas estaba algo
sorprendida, su hermano nunca dejaba la puerta abierta.-Debe haberse olvidado
de cerrar la puerta esta mañana – se dijo a sí misma.
Cuando la chica se acercó a la puerta para
cerrarla algo la interrumpió, el ruido de un teléfono. En ese momento la chica
supuso que su hermano se olvidó el celular en casa…-“Ay…hermano eres muy
despistado…”-pensó. Miku al escuchar el teléfono entro a la habitación y
siguiendo el sonido encontró el teléfono de su hermano que estaba en su viejo
escritorio.
-¿Hola?-contesto ella hablando a través del
teléfono.
-¿Hola?...Disculpe creo que me equivoque de
numero… ¿Este es el +54 2345-6754?-
hablo una voz femenina.
-Sí, este es-Respondió algo extrañada
-¡Oh! Entonces…este el teléfono de Len…-
-Etto…si…-
-Lo siento, no creí que estaría ocupado hoy…
-¿Ocupado?-Pregunto la aqua-marina con rareza.
-Si…tú sabes…-
-¿Saber qué?-Pregunto ella ya perdiendo la
paciencia.
-¿Qué más podría ser? Ocupado acostándose contigo,
¡claro está!-
En ese momento, el rostro de Miku se volvió
inexpresivo.
-¿Disculpa?-dijo ella, sonaba ofendida.
-Ya…ya... No hace falta que disimules, todas las
chicas en la escuela sabemos que él es así…- La extraña que hablaba por el otro
lado del teléfono, soltó una carcajada.
La chica de 16 años estaba atónita. Lo único que
pudo decir fue…
-Lo siento, ¿Sabes qué? Creo que te has equivocado
de número…-dijo ella con voz suave.
-Pero n…-La chica desconocida no llego a terminar
por que la aqua-marina le colgó.
Miku estaba más que sorprendida, ¿Acaso eran
verdad esos rumores que había escuchado de su hermano en la escuela? Sí, ella, Miku Kagamine había
escuchado rumores acerca de lo “popular” que era su hermano entre las chicas,
pero nunca les había prestado atención, después de todo ella conocía a su
hermano o al menos eso creía.
-Esto no
puede ser…- Murmuro ella y en un intento desesperado por querer comprobar que
todo era una farsa, tomo el teléfono de Len y comenzó a revisar contactos y
mensajes.
Mensaje por mensaje, la aqua-marina se iba
sorprendiendo y desesperando cada vez más.
-No…Len…Tú no eres así… ¿Por qué?- dijo ella por
fin afrontando la verdad.
La aqua-marina sentía una gran decepción, tristeza
y enojo. Su hermano…quien había sido su ejemplo a seguir por varios años, hacia
ese tipo de cosas indecentes y depravadas.
Miku dejando a un lado su sorpresa, dejo el
teléfono de Len en el escritorio y con una cara inexpresiva salió de la
habitación.
Al salir, ella coloco su espalda contra una de las
paredes del pasillo y se dejó caer suavemente. De pronto, una gran sensación de
irritación invadió su ser. Estaba enojada. Rápidamente se paró y con una
expresión de enojo y decepción en su rostro, golpeo la pared haciéndose un poco
de daño en la muñeca. A ella no le importo el dolor, estaba molesta, Molesta
por que su hermano le había ocultado tal secreto y sobre todo porque ese
secreto implicaba una de las peores cosas de este mundo, la lujuria.
“-Esta vez, él no se salvara, lo hare hablar y le
conviene decirme la verdad y darme una explicación razonable de todo esto…-“
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